Hace mucho, mucho tiempo atrás, cuando vino la era glacial, Hubo un gran alboroto terrenal. Así que todos los animales del planeta se reunieron ya que sabían que venía un desastre mundial, todo se iba a congelar. Seguramente, no lo sabían con certeza, sólo algunas especies se salvarían, quizás los que tenían el cuero más velludo o los que tenían más grasa no lo sabían. Así que la comunidad de puerco espines sostuvo una conferencia mundial y pensaron, y hablaron y conferenciaron de cómo harían para preservar su especie, ya que ellos no tenían ni grasa, ni piel velluda, sino espinuda.
Y pronto y rápido el hielo llegó, invadió cada rincón del planeta y todos los animales hicieron lo que tenían que hacer. Así que los puerco espines hicieron lo único que ellos podían, juntarse y permanecer muy unidos para darse calor y poder sobrevivir.
Claro está que esto tenía sus serios inconvenientes, pues los puerco espines tienen espinas muy, muy filudas y mientras más juntos estaban más se pinchaban. Cada cierto tiempo uno que otro gritaba, o chillaba, ya sea de dolor o cansancio. Otros se enojaban y hasta daban patadas al vecino más cercano……así que tuvieron que aprender a controlar y mantener sus pinchos agachados, porque sabían, que sólo resistiendo juntos, podrían con el frío y largo invierno, pues uno junto al otro, se otorgaban el calor que necesitaban.
Tras algunos años de incomodidad, comenzaron a salir tibiamente los primeros rayos de sol. La nieve empezó a derretirse y los puercoespines empezaron a asomar su narices respingonas al calor. se miraron unos a otros y estaban muy, muy orgullosos de ser puerco espines. al fin sabian para que les habian dado esos pinchos tan filudos y puntiagudos, no solo los protegieron a cada uno de las frias nevadas, sino que apegandolos bien a su cuerpo unos a otros se protegian.
Y colorín, colorado este cuento ha terminado porque en cuanto pudieron corrieron a los cuatro puntos cardinales del planeta, y aunque nadie lo crea, ni tengan alas ni agallas, algunos empezaron a nadar y otros hasta a volar.
Un Regalo de mi amiga Veronica Richards para el Libro de Fábulas, Metáforas y Cuentos de Colomba
jueves, 25 de junio de 2009
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